Cuando descubrí por primera vez las posibilidades del programa de la UE “Youth in Action” se me abrió un abanico de posibilidades que nunca habría podido imaginar, desafortunadamente me llegó tarde, cuando ya, por necesidades profesionales decidí lanzarme a conocer este proyecto y me fui a Dublín a un seminario sobre participación juvenil.
Gran sorpresa la mía cuando con más miedo que pasión llegué a un pais que no conocía, con una gente que no hablaba mi idioma y con la que se suponía tenia que pasar una semana trabajando sobre la participación juvenil, ese tema tan extenso, abstracto y subjetivo sobre el que todos y todas hemos tenido miles de debates en nuestras organizaciones.
Pues resulta que tres horas después de llegar ya no había miedo, no había tensión y el idioma dejó de ser un problema, no porque yo tenga un control del inglés extremo sino porque todos y todas veníamos con los mismos miedos pero con la misma intención de conocer, no solo contenidos técnicos sobre participación sino también a diferente gente con realidades , en muchos casos totalmente opuestas, de las que impregnarse y de las que aprender. Así que, después de una semana de intenso trabajo me volví a Barcelona con más ganas de conocer y de aprovechar todas las iniciativas que brinda el programa “Youth in Action” y me puse a trabajar al momento, porque? Por que estas cosas requieren tiempo, esfuerzo y dedicación. Así que, tan solo llegar traspasé todo lo que había vivido durante esa semana a los jóvenes con los que estaba trabajando en ese momento, les expliqué la cantidad de experiencias que había vivido las posibilidades que tenían, la cantidad de gente interesante que hay por el mundo y la grandeza de poder salir y desencasillarnos de nuestros barrios y de nuestros territorios más próximos donde , muchas veces lo urgente se come a lo importante y no acabamos de generar proyectos creativos, innovadores y originales que den respuesta real a las problemáticas con las que convivimos.
La cosa fue larga pero conseguimos vincular a 11 jóvenes que con la idea de participar de algún proyecto e irse de paseo por Europa acabaron organizando un intercambio multilateral en su territorio. Es raro, pero fue así, en lugar de buscar “partners” y marcharse como consumidores decidieron organizarse y crear ellos y ellas un proyecto propio “ URBAN CULTURES”, proyecto de 9 días de duración en el que se trabajó la importancia de la gente de la calle, aquellos y aquellas jóvenes que de una manera informal están organizados y generan una cultura propia, salida de la calle, no subvencionada por grandes administraciones y que conlleva consigo un sentimiento de realización personal, de implicación social y en definitiva de democracia participativa auténtica.
Italia, Catalunya, Armenia, Georgia, Luxemburgo y Bielorusia fueron los países participantes , no diremos que no hubo problemas , ni tampoco que todo fue perfecto, eso no solo es imposible sino que además haría perder la naturalidad del proyecto, los conflictos generados dieron pie a cantidad de debates sobre las diferentes realidades juveniles y eso aunque de una manera indirecta enriqueció enormemente el proyecto, pues sin conflictos no hay evolución, necesitamos entrar en desacuerdo para poder construir nuevas formas de organización social, para crear una nueva sociedad plural y consecuente con todos y todas las jóvenes, ya no solo de Europa sino de todo el mundo.
Al finalizar el proyecto se inició un continuo trafico de mensajes y llamadas iniciadas por los propios participantes del proyecto, abriendo la puerta a nuevas iniciativas que seguro tendrán continuidad en algún futuro próximo.
Después de estas dos experiencias mis ganas de conocer se ampliaron todavía más, y es que esta claro que esto engancha, cuando sales por el mundo, cuando recibes gente en tu casa, se inicia un proceso que ya no se puede parar, de alguna manera entiendes la necesidad de interrelacionarte con más personas, de alguna manera empezamos a entender y a trabajar por esa aldea global donde las acciones de cada uno de nosotros pueden ser vinculantes para la transformación social de un mundo en el que vivimos todos y todas y del que hay que tomar una consciencia de construcción social global.
Así llegamos al punto de necesitar formación, formación para la participación, para trabajar fuera de nuestros territorios, para implicar a nuevos y nuevas jóvenes que puedan continuar tejiendo una red juvenil que trabaje para un futuro común. Es llegado este punto cuando decidí continuar con mi formación personal y profesional y aparecí en un nuevo seminario sobre participación.
Esta vez fue en Sirolo ( Italia ) y ya no con la intención de trabajar términos generales sobre participación juvenil sino para centrarnos en de que manera pueden implicarse los jóvenes a nivel europeo, cuales son realmente las ofertas del programa “Youth in Action”, que alternativas tenemos para comunicarnos de manera internacional,....
Esta vez, como no podía ser de otra manera, también fue una experiencia irrepetible, una semana de trabajo intenso centrándonos en las especificidades de cada uno de los programas, para que sirve cada uno, de que manera hay que hacer un proyecto internacional, que podemos abarcar con cada uno. Un temario que a primera vista puede parecer complicado e incluso pesado, pero otra vez más se repite la historia, gente de diferentes partes del mundo, con ganas de conocer a los demás, con ganas de trabajar y con ganas de que los debates creados no se queden en palabrería de unos días sino que realmente puedan ser el comienzo de grandes proyectos a compartir, y es de esta manera como se trabaja el programa “Youth in Action”, desde la experiencia personal, la comunicación, el trabajo en equipo y la afirmación de que otro mundo es posible y que somos muchos dispuestos a construirlo.
Guillem Gabarnet
Director Casal de Joves Guineueta, Barcelona
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